Uno debe darse cuenta

de que la verdadera felicidad

radica dentro de uno mismo.

No hay que desperdiciar

tiempo ni esfuerzo

en buscar la paz, la alegria

y el gozo en el mundo externo.

Hay que tener presente

que no hay felicidad,

en tener u obtener,

sino únicamente en dar.

Hay que dar,

compartir y sonreir.

La felicidad es un perfume

que no se puede escaciar

en los demás

sin que unas cuantas gotas

caigan en uno mismo.

 por Cynthia

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